miércoles, 16 de diciembre de 2020

Colegio Leonardo Murialdo - Matías Pavez

 Desde  cuarto básico hasta terminar mi educación escolar asistía al liceo Leonardo Murialdo, establecimiento particular subvencionado de corte católico localizado a las faldas del cerro San Cristóbal, en el barrio patronato, comuna de Recoleta. El liceo era un establecimiento grande de casi 3 hectáreas de terreno, junto con esto los cursos constan de más de 40 alumnos por sala, para una totalidad de más de 1200 alumnos en su interior.


El liceo al ser de corte católico hacia que la clase de religión fuese obligatoria y era prerrequisito no haberla reprobada para no repetir de curso. Recuerdo que todas las mañanas antes de comenzar la primera clase era necesario realizar una oración en conjunto con todos los alumnos de la sala, las cuales durante el mes de María su duración y oraciones la hacían más extensa. También recuerdo otras actividades de carácter obligatorio de índole religiosa como el de asistir dos veces al año a una misa del nivel de los cursos de un mismo año (de tercero, primero medio, etc.) también de salidas religiosas de reflexión por curso y también la salida a la cúspide  cerro San Cristóbal para efectuar una misa en donde asistía todo el colegio. 

También el colegio instaba a participar en otras actividades religiosas, pero no obligatorias como la realización de una misa todos los días antes del horario de clases, salir de clases los miércoles para confesarte frente al cura, o el de poder realizar la primera comunión o la confirmación dentro de la institución. En el caso particular de la primera comunión los mismos estudiantes de cursos superiores se podían ofrecer a ser tutores para los más pequeños que quisieran realizar.

Ya fuera del ámbito religioso el colegio tenía una serie de normas de conducta y de vestir, similares a las de otros colegios en donde me ha tocado hacer la práctica. En donde se requería pelo corto para los varones, el uso de uniforme clásico durante las clases y que había que traer el buzo para educación física, sin aretes ni maquillaje por partes de las damas y una gran etc. Una serie de elementos que a medida que ya estaba próximo a salir del colegio se fueron flexibilizando.

En cuanto a la discusión política que se pudiese vivir dentro del colegio era prácticamente nula, al ser un colegio particular subvencionado no hubieron grandes manifestaciones hacia determinados movimientos sociales. Pero recuerdo que para las movilizaciones del 2012 el colegio dejaba salir a sus alumnos a marchar tras previa autorización de su apoderado a través de la libreta, pero como dije que el colegio no instaba a la participación política. 

Por lo ya dicho considero que el mi establecimiento educacional se clasifica como una institución educacional con una identidad ideológica/religiosa doctrinaria debido a que promovió un modo de vida religioso a establecerlo en muchos casos como actividades obligatorias que se debían de cumplir por estar en el establecimiento.

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